en estos días

ezequiel y yo estamos solos, con la casa y la vida para nosotros. leemos historietas y comemos golosinas (galletitas glaseadas con forma de piratas, trufas, conitos de dulce de leche). estamos juntos. descubro qué poco hablo con él cuando hay más personas alrededor, siempre suceden otras cosas, siempre pasa algo que no me deja escuchar su voz con claridad, su inteligencia, su energía inagotable, su enorme alegría de vivir.

con su hermano mayor a 20 kilómetros en casa del abuelo, el espacio es enteramente de él. compramos música y nos dedicamos a escucharla (aunque a mí no me guste tanto, eligió un disco por su hermano). somos felices.

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viernes por la mañana: sorteo del cnba con bolilleros históricos. nombran uno por uno los chicos mencionando apellidos, apodos, parentezcos y número de orden. son 469. se pasa así toda la mañana. tengo que buscar la forma de no repetir continuamente que lucas entró con el número 26, que el colegio esto o lo de más allá, que las matemáticas, la historia, el gran bonete... ¿pareceré una idiota proclamando a los cuatro vientos...(...)..?

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en dos días estaremos reunidos nuevamente.