lunes, agosto 30, 2010

en cada ser anida la ampolla de los afectos, frágil. la ampolla verde, la ampolla de la tarde.

cuando

un agujero (un punto) en la pared
se vuelve más importante que la felicidad de un niño
es decir: se convierte en el resquicio por donde se escapa, por donde se pierden los cariños, las palabras dulces, por donde se tergiversa el sentido de la trascendencia

para vos:
(hija de puta)

nada.

.
.
.

entre la pena y la nada, yo sé muy bien que prefiero.

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