morriña

resulta que ahora no puedo ver el blog desde la oficina dado que las políticas de acceso de la compañía etc no lo permiten aunque no estoy segura de que eso implique no poder escribir en el blog desde la oficina tampoco sucede que tenga demasiadas ni importantes cuestiones que referir, algún que otro intento de comunicar de una manera no habitual en la correspondencia verbal con alguien que ya no está tan cerca ni tan lejos a la mera distancia de un no poder hacer comentarios al pasar perdidos y esperar respuesta que pudiera llegar o demorarse pero siempre saber de la disponibilidad un poco me molesta esta distancia geográfica y pequeña determinada por condiciones circundantes no elegidas y que me impiden la entera disposición pero así son las cosas hoy tenemos unas y mañana otras distintas que tal vez no nos interesan ni queremos por lo menos me fui a una reunión y todo resultó exitoso y se acordaron de decirme excelente trabajo aunque no me había peinado para la ocasión tengo la cabellera hecha un desmadre y como te extraño que algunos días me darían ganas de ir corriendo e invadir un espacio físico que es el alrededor inmediato del cuerpo de la persona en cuestión y haría abrazo u otro acariñamiento similar seguramente muchas palabras y confidencias esa felicidad de la cercanía la posibilidad de una mano contra la otra mirar los ojos bien profundos el temblor de los dedos sonreir o reir a carcajadas la lluvia cansa a la gente y le causa comentarios de fastidio moja los rostros pero es una excelente excusa para el piloto nuevo de botones grandes tan bonito y con la cintura marcada por el lazo y las marcas de tinta en el correo enviado correcciones que tal vez hayan herido un cierto orgullo es la forma de decir encontré algo aquí que no es la perfección una rendija por la que podría entrar modificar un ápice esa línea tan inquebrantable de método y hormiga laboriosa y cómo me gustaría que todo el día me escuchara las tribulaciones las estupideces que son tantas el vestido floreado va a ser mi primavera como antes lo era la certeza de que estabas viéndome.