viernes, enero 16, 2009

la cartuja

al final, este chiquito del dongo, resultó ser un mujeriego caprichoso con la cabeza tan llena de aire como de rulos. me causa gracia que cada vez que "nuestro héroe" atraviesa algún duro trance siempre aparece algún amigo dispuesto a salvarlo.

pero lo que más me gusta de stendhal es que siempre hace que sus héroes se enamorisquen de mujeres, ejem, muy mayores que ellos (de treinta y pico, bah). es más, siempre esas mujeres son las más hermosas y agraciadas, como la duquesa de sanseverina que a los 36 años no encontraba rival en la corte de parma.

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