viernes, mayo 16, 2008

descender las escaleras abajo. encontrar calor y demasiada gente. un violín y una guitarra irrumpen e irrumpe con ellos la melodía muy new orleans. la gente mira, se alegra. dejo un billete colorado. el violinista me dice algo, creo que referido al resto de la banda: un contrabajista, un baterista. me llevo un disco y la música que escuchamos esta noche, que nos pone a bailar.

...

hoy pensé (y creí) en una pequeña traición inexistente. dejé al enojo suelto, creciendo por un rato. luego --antes de que ocupara demasiado lugar-- lo despedí. rápido. todavía no logro dominar mis reacciones por completo.

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