jueves, enero 03, 2008

Toda la casa se llena de olor a tormenta y de infantil miedo a los truenos. En tales circunstancias, naturalmente, los niños no acceden a la imposición del sueño --que por lo demás, no puede ser impuesto por muchas directivas que una madre vociferante pueda dirigir a sus hijos--. De manera que la velada transcurre entre ires y venires de pies descalzos y otra vez sucios y otra vez lavados y besados y así en interminable sucesión. La llegada del padre no alcanza para atenuar el oportunismo rebelde de los pequeños insomnes que siguen reclamando agua, compañía, pis, cariñitos, mimos, etc. Todo muy tierno sí, pero a-ver-cuándo-se-dejan-de-joder-y-se-van-a-dormir. Estas y otras cuestiones demoran la hora de sentarme a releer viejos textos olvidados y descubrir... ¿mi pasado esfuerzo?

Encuentro referencias a mis pasados miedos y me asombro de que, habiendo sido tan intensos, no me sean tan presentes hoy. Será por eso de que “no hay en la tierra una sola cosa que el olvido no borre o que la memoria no altere y (...) nadie sabe en qué imágenes lo traducirá el porvenir”ª.

*

La reunión transcurrió sin grandes inconvenientes. Para no perder el hábito, O’Higgins profirió sus maltratos consuetudinarios --en esta oportunidad sutiles, convengamos, se ve que el calor hace mella en su agresividad--. Lo dejé que procediera, no sabe hacer otra cosa, no sabe que, en cualquier momento, quedará transformado en palabras. Secretamente vengo repitiéndome que tal vez, bah, que con seguridad no existen temas más o menos importantes que lo que la vida cotidiana nos ofrece generosa. Después de todo Borges dijo (y dale con Borges):

“...algo sucedió. Algo que no podremos recuperar, algo cuyo sentido sabemos pero no cuya forma, algo cotidiano y trivial y no percibido hasta entonces, que reveló a Carriego que el universo (que se da entero en cada instante, en cualquier lugar y no sólo en las obras de Dumas) también estaba ahí, en el mero presente...”§

aunque me cuesta, acaso por falta (esta vez sí) de imaginación, encontrar sentido poético en las aseveraciones de O’Higgins y la manga de paparulos/a que hoy presenciaban el gerencial encuentro.

ª Jorge Luis Borges, Mutaciones, en El Hacedor.
§ Jorge Luis Borges, Prólogo a una edición de las poesías completas de Evaristo Carriego, en Evaristo Carriego.

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