lunes, febrero 05, 2007

entonces, se me ocurre que debería abandonar toda malicia en mis decires acerca de las personas
pues en definitiva no soy cosa distinta
y sin embargo
(uno siempre está pronto a atribuirse en grado excesivo una cuota de falsa autoridad moral para esos menesteres)
qué divertido es
entrecerrar los ojos y soltar la lengua
respecto de --por ejemplo-- la rubia cabellera que abandonará estas oficinas por ciudades transcordilleranas
o
la imbécil y dientuda secretaria

claro, la socialización exige posteriores e hipócritas -por qué no decirlo- buenos tratos para con el mundo en general.

1 Comments:

Anonymous Anónimo opina lo siguiente:

¿Vos sabés que la rubia imbécil te puede estar leyendo?.

A mí me despidieron y me expusieron a pagar indemnizaciones por calumnias por mucho menos.

Cosa que hizo que no pueda tener a mi nombre ni los calzoncillos.

Cuidate, querete, es un consejito sano de etanol y el empetrolado Petete

(brauerverg)

6:45 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home