martes, abril 11, 2006

en la noche tentativa encontré a una "chica". chica no tanto porque es como yo, aunque juntas de alguna manera fuimos chicas y conservatorias. tocaba el piano y después fueron las letras y ahora el tango. dijo al verme: qué casualidad que estés acá donde yo estoy. y creo que no es tanto del azar la culpa. más bien de las inquietudes mutuas que se cruzan o resultan curiosamente parecidas.

conserva de escribir la disciplina. cuando usa la palabra disciplina me sonrío porque --sabemos bien las dos-- que de tanto tiempo con el culo pegado al taburete, dale que te dale al pobre piano, una se queda con costumbre de "disciplinarse". será por eso que nos gusta el tango: porque no hay que pensar en nada, hay que olvidarse de sí, irresponsabilizarse un poco de lo que sucede cuando se baila.

el pasado musical nos es común aunque ella no guarda un gramo de rencor. yo un poco sí. y un poco de nostalgia y asombro cuando sé de algunos que siguieron fieles a su arte. me alegro de haberla cruzado.

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