lunes, marzo 20, 2006

a veces, por las noches, sueño que estás cerca y que nada más necesitás que te mimemos, como el sábado cuando me desperté creyendo que nunca te habías ido. quise preguntarte de lo de ser mujer, que no me quejo, no, pero es difícil absolutamente todo el largo día haciendo y deshaciendo, dehaciendo y volverse torrencial y luego quieta o nada. de los hombres, hay asuntos que no entiendo, tal vez será que son así, sencillos, no como nosotras que necesitamos lazos y si no, los inventamos o inventamos farsas, necesito, necesito, necesito, quiero un compañero, para ellos es más fácil, van, la ponen, listo. admito que esto es una simplificación, pero más o menos funciona a grandes rasgos. comen-cojen-duermen bien y todo bien. nosotras sufrimos las hormonas y tenemos que llorar y sentirnos mínimas, desprotegidas, o hacer de cuenta. porque la verdad es que si pienso en el dolor, son todos putos, ellos, por cualquier cosita se ponen pálidos de miedo. no sé porqué mamá, todos estos días tengo tantísimas ganas de escucharte, no es que otras veces no, pero viste cómo trabajan solitos los engranajes del recuerdo, por azar o por lo que fuere, de repente chupándome un dedo recordé, por ejemplo, cómo eso de chupar los dedos calentaba mucho a una persona, pero claro que en distintas circunstancias porque estaba yo comiendo un chocolate, bah. otras veces haciendo las compras, como hoy de mañanita en el supermercado, feliz --son extraños los motivos de la vida-- porque no había nadie, recordé la última vez que te acompañé a hacer compras, ya estabas viejita de la enfermedad, yo empujaba el carrito y vos que no te apurara y entonces tuve ganas de llorar pero me la banqué para que no me vieras, pero no esta vez ¿sabés? mientras metía papas embarradas en una bolsa (con otra bolsa como guante para no ensuciarme, mirá que me estoy volviendo medio pelotuda) pensé en vos y lloré un poco, como ahora mientras escribo.

habrá feriado por el 24 de marzo, me pregunto qué dirías, vos que leíste tantos expedientes y ayudaste a tantos con qué estómago, no sé cómo podías y es por eso de que las mujeres somos fuertes, por eso necesitamos al macho que parezca que nos cuida, para seguir siendo de roble porque si no no se podría. no se podría. no. yo te preguntaría tantas cosas, si te enamoraste de otros hombres, por ejemplo, enamoramientos. yo no sé qué se hace bien con eso de los enamoramientos, se los acepta como son, supongo. o se acepta que no sean. no sé bien.

llegan de bizancio fotos. fotos de mezquitas y de catedrales, de personas lejanas, desde canadá también. y nieve. mucha nieve en todos los lugares.

se cayó otro diente y ventanita nueva.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home