martes, octubre 18, 2005

y como me gusta innovar haciendo vuelo rasante sobre las mesas de saldos de la avenida corrientes y presa de un irresistible impulso vanguardista (¿?) me compré lady chatterley, otra vez d.h. lawerence en una traducción bastante de poronga --y dale, me dije, si al final leer en inglés es un quilombo y a estas alturas de la existencia carezco de la voluntad necesaria para andar de diccionario en diccionario--.

en fin que lo más importante del asunto es que increíblemente y saludable he podido recorrer con creciente interés 30 gloriosas paginitas! sí, hacía más o menos como dos o tres meses que el hábito de la lectura se me había extraviado en quién sabe qué rincón del microcosmos mío. en cambio y trueque, se me reinstaló malsano el del cigarrillo, tantas veces abandonado, tantas otras reincidido (que a ver cuándo lo corto porque ya está comenzándoseme a quemar parte del pulmón & cerebro, aunque... bueh).

las sandalias nuevas son lindas y hoy tengo clases y ayer... ayer.

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