lunes, julio 25, 2005

2

encuentro una voz para que te encuentres, para que digas, para que te embronques y perdones cuanto quieras, cuanto te sea necesario.

una voz como un haz, o como el eco escondido en los caracolitos vacíos que sufren y se alegran con los manotazos del nieterío, que encierran los diminutos secretos de los mares gigantescos, de tu abolengo de navegados, de tus no me acuerdos.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home