martes, junio 07, 2005

Cumplemeses, once meses y la mamá que esta mañana le dio miles de besos pero se olvidó de felicitarlo por su cumplemeses, se levantó corriendo y después estuvo más de media hora en el baño entre la crema con olor a duraznos, la loción para la cara, el secador de pelo, el perfume, los aros, cumplemeses y después la mamá en la cocina batiendo la leche para que no se le hagan pelotitas, preparando un té, un jugo de naranjas y vos tomate el yogur que se hace tarde y me voy me voy me voy, ya te lo dije, cumplemeses y la mamá con la cabeza siempre en otra parte que no se sabe dónde queda porque ni ella se imagina lo que se imagina, lo único que cuenta es que está viva, que hace cosas llenaespacios, se confunde in-fi-ni-ta-men-te, se equivoca pero vuelve. Siempre vuelve al centro, porque si se va muy lejos, aparece inevitable el miedo, no un temor determinado, no un espanto por un monstruo imaginario o una sombra, no un terror de cucarachas nocturnas, no, un miedo más simple y al mismo tiempo más complejo, un miedo más inexplicable, una semiconciencia de lo que el tiempo lleva y trae, un leve tirón en la espalda que la hace regresar a donde pertenece.

1 Comments:

Blogger Carlos opina lo siguiente:

Si uno pertenece no hace falta el tironcito, excepto que: seamos-alavez-otro/a.
Lo suyo cau-tiva.
Respetos.
C.

11:30 p.m.  

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