miércoles, mayo 11, 2005

That happens. The heart is asleep, it ticks and tocks, but in all other
respects it might as well be dead. My poor brain had no thoughts of its own.

J. Roth ~ Rebellion

Mercenariamente sí. Es la única manera: qué profesión ni honor ni nada.

Van a amarte más. ¿Se puede más? Ofuscada: sí, se puede más, cercano más a una resignación que a otra cualquierez.

De la voz se desprende una carraspera o mejor, mocos que suben y bajan, o peor: un frango que no se puede escupir (como sucede en la novela de Joseph Roth cuando la gorda se enoja y se zampa tres gargajos así nomás de una) porque queda feo así que a tragárselos.

Con X nos tomamos un café y la mando por enésima vez a que se haga ver por un psicólogo, no puedo decirle que además creo que necesita algunas otras cosas porque se ofendería amén de que puede que mi sugerencia esté demás y sólo se trate de una estúpida suposición mía. Lo que le sugiero también-asimismo por vez número un millón trescientos mil que vaya al ginecólogo a que le revise la cueva porque se le va a poner más fea que una ruina fea. Hay que tener cuidado con las enfermedades sin llegar a hipocondriacarse, eso sí. Pero consultá a tu médico de cabecera o, en su defecto, al de la cabeza.

Joseph Roth me hizo llorar. Tolstoi me hizo llorar. Al fin los dos libros tratan de lo mismo. A mí todo me hace llorar: un poema me hace llorar, un enojo me hace llorar, ver a mis niños crecer me hace llorar, una cebolla me hace llorar, mi mamá me hace llorar, la muerte me hace llorar, la vida me hace llorar, cojer me hace llorar, no cojer me hace llorar. Ergo: el acto de llorar termina irrisoriamente devaluado en mi cotidianeidad, o, en otras palabras, flor de pelotuda qué lagrimales sobreestimulados tiene. Es una cosa más, llorar. Como comer, beber & amar.

Otro sueño extraño: estaba desnuda en un restaurant pero metida dentro de una cama. Mis hermanas me esperaban en otro lugar para almorzar (o cenar). Venía gente y a mí me daba vergüenza. Sin embargo, bajo las sábanas, nadie se enteraba.

Anteanoche, el fantasma de mi abuela me atravesaba.

Ante-anteanoche, creo, me robaba un libro de la Bauhaus del museo del Louvre (¿?) y cuando iba a tomar el metro de Paris un tipo -joven & bello- me explica que la línea que yo quería tomar ya no andaba, que debía hacer combinación y bajar en La Defense. Me ofreció mostrarme el camino. Después, me pidió algo a cambio.

3 Comments:

Blogger Unknown opina lo siguiente:

Ya sé, te pidió que lloraras.

10:05 a.m.  
Blogger Carlos opina lo siguiente:

¿Te pidió que lloraras al coger o te pidió que lloraras por no coger?
¡Qué extraño y húmedo que está el mundo!
Sigo sosteniendo que escribís magníficamente y que no pares, no pares, no pares.
Compulsión a la escribixión.
C.

12:40 p.m.  
Anonymous Anónimo opina lo siguiente:

No, no, nada de eso. Igual era un sueño bastante todo.

Gracias :)

2:47 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home