martes, febrero 03, 2004

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Mais il n’ya point de petits événements pour le coeur; il grandit tout; il met dans les memes balances la chute d’un empire de quatorze ans et la chute d’un gant de femme, et Presque toujours le gant y pèse plus que l’empire.

Balzac ~ La Duchesse de Langeais


Hay o existen algunas imágenes que no llegan al olvido pero que no fueron materializadas. Todo esto a cuento de que alguien tiene en mente algo, un proyecto, una idea, la ventana cerrada de una casa que todavía no “es”. Balzac también pensó que no podría, que La Comedie Humaine le iba a resultar grandiosa al punto de no poder escribirla, al punto de creerse incapaz de llevarla adelante. Cuando la realidad era que ya existía y solamente había que desempolvarla o darle luz o lo que fuera, para poder mostrarla al mundo. Claro, algún escultor dijo por ahí que era fácil hacer un león de mármol: se quita todo lo que no se parece al león et le voilà!. El problema es que ese “todo” es infinito y molesta y tapa y hasta obstruye al león que agazapado espera debajo. El problema es que ese “todo lo que no se parece a” la mayoría de las veces no nos deja ver que era un león y no una gallareta estrangulada lo que había que mostrar, o desenmarmolar.

Y acá estamos ahora: en pleno desenmarmolamiento de quién sabe qué, que probablemente no sea nada, o mejor dicho sea “NADA” y ahí sí te quiero ver. ¿Quién me va a poner el hombro para que le llore encima? Mentira: la verdad es que ni ganas ni valor, o más bien una exuberante modorra que me oblitera las... ¿ideas?

Y quién no soñó con tirar un guante o un pañuelito y multitudes de hombres se embarren para alcanzárnoslo. Pero Balzac se equivocó. Bah.

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