martes, diciembre 09, 2003

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¿Qu’est-ce que la communication?

Vos no te preocupes que yo te llamo y te aviso lo que hago, si es que te aviso, si es que te llamo siquiera, tal vez en una hora ya no me importe –la dulcísima naranja de ombliguito colorado–. Tal vez en una hora, u hora y cuarto, ya no me interese. Y siempre hay alguien que espera en un denuedo de paciencia inexplicable. ¿Dónde quedó la comunicación? ¿Dónde quedó?

La teoría de la pulsión hormonal: yo soy hoy una función, me he convertido en la carne blanda de la ostra que silenciosa acuna la simiente que el mar le ha regalado, la protege, la cubre con nacarados besos hasta transformarla en perla y mientras tanto, la ostra y la perla son la misma cosa, sólo una, soy la ostra, soy la perla y soy el mar que nos contiene. Pero. Entonces. ¿Dónde quedó la comunicación? Y ya veo yo que mi teoría ha funcionado, cuando existe la motivación de las hormonas, el deseo implícito o explicito, la posibilidad de, es ahí donde la comunicación fluye sin problema alguno porque en definitiva, lo que se busca, sin necesidad de llegar al punto del encuentro, es la tensión, la carrera por el sexo, la carrera loca pero insoslayable cuyo primer premio es la consecución de la función biológica que todo lo corroe, que todo lo bendice. Y es así como palabra sobre palabra el intercambio queda transformado en nada una vez que la cuerda se ha aflojado. Una vez que el deseo se anula o se plantea la imposibilidad de su materialización.

Es su condición de posible la que produce el movimiento. La que una vez anulada provoca que hoy a alguien ya no le interese hablar con otro alguien.


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