martes, julio 08, 2008

sábado, julio 05, 2008

el corazón es un cazador solitario

el frío del jueves por la noche no está hoy, ni la neblina de ayer, ni las infinitas gotas de rocío molestando.

los viernes, por ejemplo, el hombrerío acentúa su pensar en sexo. se manifiestan intereses, preferencias. a cada uno lo suyo: las bombachas rojas, las puntillas, las medias rayadas. alguno se queja de no tener novia que le entibie las sábanas (yo digo vamos, qué pasa con los hombres de treinta y pico, qué pasa que habiendo tanta hembra con ganas no hay ninguna que les venga bien).

me inquieta saber que se llega a un punto de la vida, en el que no se puede evitar negociar cuándo se coje.

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la adrenalina de las responsabilidades, del ambiente desmoralizante y ser aquél que no se cansa nunca... cansa. cansa, irrita y provoca reacciones tardías --se estuvo durante el día eludiendo cachetazos, poniendo cara de "gerente", diciendo sí sí sí, diciendo no sin demostrar enojo, etc--. todo equilibrio es difícil.

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tengo unas botas nuevas de diez centímetros de taco que me son tan apretadas. bonitas, sí. pero apretadas y una que es mujer y nació del sufrimiento y para el sufrimiento, una que quiere ser más alta cuando es baja, más dulce que una mandarina y más suave que plumón de cisne... una usa igual las botas y le duelen. pero contenta.

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¿y qué escuchas cuando escuchás música normal?

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después de ocho años y nueve meses, después de casi cuatro años: todavía no sé muy bien cómo ser mamá. cómo ser buena para ellos y mostrarles cuándo y dónde y cómo la felicidad resulta posible. cómo no enojarme cuando no debo y cómo enojarme cuando sí debo. lo único cierto, indiscutible es el amor por ellos, que no se acaba. ni cuando me enfurecen.