lunes, marzo 23, 2015

puentes ondulantes

nunca digo nada aquí de los puentes ondulantes de la barra. son una sensación en el estómago y el pecho y querer más. los chicos (y yo también) gritamos de felicidad. lo cruzamos de sur a norte: de un lado el mar, del otro un lago inmenso y quieto. y de norte a sur. decenas de cangrejos caminando de costado, aterrorizados por los niños que los persiguen. una casa azul al fondo.

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y nuestro no entendernos, ni hablarnos. siempre igual. sólo que con los años es cada vez mayor la falla, que se llena de agua y de espuma y de silencio. tal vez fue por años así, y el espacio era la gente entrando y saliendo, niños de todos los colores, niñas, una casa con árboles y jazmines en verano, esas siestas por las tardes calurosas. ahí no es necesario hablar (y nadie lo nota demasiado).

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yo siento que ya no quiero hablar más. ¿para qué? no quiero decir mil veces las mismas cosas. (no quiero soñar mil veces las mismas cosas).

run jimena run

6 km en el parque como si nada, adoquines, baldosas rotas, miento, un poco menos de 6 (quizás 200 metros).

toda la tarde en la cama durmiendo para no tener que admitir que me siento de otro lugar. que ezequiel no hace absolutamente nada en el colegio y no hay una explicación que podamos darnos (que nos atrevamos a darnos). en el cuaderno la maestra pregunta si él está angustiado. el padre responde que en la casa del niño todo está bien y que "no estamos atravesando ninguna crisis familiar".

viernes, marzo 20, 2015

entre tanto pasaron por mis manos las memorias de da ponte (libretista de mozart) justine, balthazar y mountolive del cuarteto de alejandría, una historia de bizancio que dejé en medio de una matanza de reyes.

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obligo a mis hijos a ir al teatro colón a escuchar la novena sinfonía de beethoven. les cuento la historia de su sordera, la anécdota de cómo siguió maracando el tempo el día del estreno cuando la orquesta y el coro ya habían terminado y el público aplaudía. les advierto que sólo dura una hora y que será mejora que se hagan a la idea de que van a estar parados, que esto es necesario para su educación y que escuchar esa música es un acontecimiento importante.

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fútbol y perros.

pont neuf

en parís, por ejemplo, éramos cuatro que íbamos juntos a todas partes. hacemos un pacto turístico: esto es parís, hay que levantarse temprano para arrancar con la misa en Notre Dame a las nueve de la mañana. y ahí vamos, casi sin haber desayunado, entramos a esa catedral gigante y sombría, la de las ventanas como caleidoscopios. la misa se celebra en la nave central, dentro del coro. cruzamos ese círculo las tres hermanas, gustavo nos espera sentado en un escaño por ahí cerca, sacando fotos, observando a los cientos de chinos (porque ahora son chinas, las invasiones orientales, ya no japonesas) que deambulan también sacando fotos mientras nosotras nos arrodillamos y escuchamos en francés esas palabras tantas otras veces escuchadas durante nuestra infancia. el cura que oficia la misa es un hombre flaco, africano. il parle de dieu.

después salimos.

y comienza una caminata eterna au bord de la seine.