miércoles, mayo 04, 2011

escucho radio inca, o algo así, bien peruana. suenan canciones carnavalescas, repletas de cholitos y pulguitas que me hacen mucha gracia. como para empezar bien la mañana. ahora hay un tema con rascaditas comenzando por ombligo (del sujeto rascado) y finalizando en las rodillas (se entiende rascada abarcativa de las partes íntimas), muy pícaras, las prefiero a la cruda explicitez de nuestra vernácula cumbia villera, tan gruesa.

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las novelas de chase y de banville son esporádicas, el mejor hallazgo (o el único) para mí en los últimos meses en que leo lamentablemente poco y a los saltos.

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la semana pasada, durante la despedida de la mamá de silvina me impresionó la tristeza gigantezca. no podía recordar mi propia tristeza en acontecimiento equivalente, o mejor, tuve que hacer un esfuerzo para ver los detalles (¿entonces es verdad que uno se acostumbra?). supongo que entonces escribía mucho, bah, supongo no: seguro escribía mucho y seguro que hubo mucho sexo durante todo ese año final.