miércoles, agosto 20, 2008

encore des mots, toujours de mots des memes mots

me gustaría saber tocar la guitarra para poder cantar acompañada de una guitarra que yo tocara, como carlita bruni, de quien grabé unas músicas gracias a la exhortación de alguien que pidió en público, a su público, que jamás escucháramos a la bruni y mucho menos haciendo canciones de mina, ya que las canta horrible. todo eso no sólo incitó la búsqueda de chansons francaises sur l'internet sino que la compra de 2cds de la otra mina, o sea, de mina, que canta en italiano. uno de los cuales no me gustó y el otro sí aunque no se trata de un sí equivalente a un amor incondicional debido a que la voz de mina (no sé si atribuirlo a la grabación o a qué) se torna, por momentos, demasiado estridente y no puedo tolerarla por más de dos canciones seguidas.

en tanto que las canciones de bruni son más suaves y con voz de me tomé cuatro ginebras y fumé toda la noche, soy la mujer más sexy del planeta y estoy absolutamente a disposición. o algo parecido. las canciones son lindísimas y la música también. lo único que joroba un poco es haber leido tantos chismes acerca de la cantante y su actual marido, monsieur sarkozy (o como se escriba), en la prensa amarilla.

domingo, agosto 03, 2008

l'amour

son casi las dos de la mañana. me duele el horrible cuello u horriblemente me duele. ha de ser por el tirón del choque que se cobra su cuenta con retroactividad.

el disco de serge gainsburg es un espanto, excepto por un par de canciones.

releo viejas cartas de amor indeclarado y me pregunto qué es, qué fue, adónde quedan todas las palabras sino en le fragilidad de un pedacito de papel, de una imagen temblorosa en la pantalla de la computadora, inexistentes y perdidas hasta que la lectura adormilada en plena noche las devuelve, por instantes, a la vida. a una vida que es efímera y que es azaroza como el mecanismo misterioso del recuerdo.

c'est quoi, l'amour?

viernes, agosto 01, 2008

une petite histoire

un día. una noche mejor, en algún año, él estaciona el auto y baja a comprar cigarrillos. ella queda esperando. no sabe bien por qué, siente un abanico abriéndosele en el pecho. inesperado. qué hacer. qué hacer cuando regrese, cuando le ofrezca fuego. no cabe otra palabra que silencio.

el vidrio bajo, el aire frío, alcanzan.